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Prometió buenas relaciones con Córdoba el nuevo Ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere


“Continuaré el trabajo que venía haciendo muy bien Buryaile”, dijo en unas de sus primeras declaraciones el flamante Ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, reemplazando a Ricardo Buryaile.

Además, manifestó que mantendrá buenas relaciones con Córdoba: la semana pasada mantuvo una controversia por cuestiones impositivas con Carlos Gutierrez, jefe del bloque justicialista en la Legislatura provincial.

El anuncio del ingreso de Etchevehere a la cartera en reemplazo de Ricardo Buryaile lo hizo ayer al mediodía el Jefe de Gabinete, Marcos Peña. Hace un tiempo que se venía hablando de cierto agotamiento de la gestión de Buryaile. Lo designaron embajador ante la Unión Europea.

Un cambio que estaba anunciado

El cambio ya estaba decidido hace algunos días, conforme lo reveló el propio Etchevehere. “Me lo habían comunicado hace algunos días, estoy muy contento”, le confió al periodista Pablo Rossi, que lo entrevistó a través de Radio Mitre Córdoba. En realidad, era notorio que el hasta ahora presidente de la Sociedad Rural Argentina venía desempeñando una suerte de función “sin cartera”, por el modo en que intervenía en distintos asuntos e, incluso, polémicas. Macri hubiera preferido tenerlo desde el principio en Agroindustria, pero ese deseo chocaba con las conveniencias políticas, que cambiaron rotundamente con las elecciones del 22 de octubre.

En la conversación con Rossi, Etchevehere dijo que “una de las partes más importantes del desafío es continuar el trabajo que venía haciendo muy bien Buryaile, de seguir insertando a la Argentina en el mundo, trabajar en las diferentes mesas para lograr competitividad, cada uno aportar lo que esté a su alcance, para generar más empleo y combatir la pobreza”.

Relaciones con Córdoba

La semana pasada Etchevehere protagonizó una controversia con el jefe del bloque de legisladores provinciales del justicialismo, Carlos Gutiérrez (quién también fuera Ministro agropecuario en Córdoba, antes de Sergio Busso), sobre costos impositivos.

“Quédense tranquilos que no voy a hacer nada con Córdoba. No fue algo intencional, sino un debate sano: buscamos discutir estos temas en beneficio de la producción, de la comunidad en general, que los sectores generen empleos, divisas, arraigo”, dijo a Radio Mitre.

La causa de la polémica

Se originó en una publicación de la SRA que señalaba que la presión impositiva de las provincias aumentó un 78% más que la economía, entre 2002 y 2016.

El dato surge la correlación del incremento de la recaudación respecto del PBI y fue presentado en el informe “Radiografía de la presión tributaria de las provincias”, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (IEEyNI- SRA).

“Estamos frente a la necesidad de profundizar la competitividad y la disminución de la presión tributaria es clave para avanzar en este camino”, señaló Luis Miguel Etchevehere, presidente de SRA, y agregó: “El campo es la actividad más federal de la Argentina, en todas las provincias hay actividad agroindustrial, por eso nos afecta sensiblemente la expansión de la presión tributaria de origen provincial”.

En el informe se analizan minuciosamente todos los tributos provinciales. Entre los que más subieron, está Ingresos Brutos (IIBB), que tuvo una variación del 131% en el período analizado. De esta manera, alcanzó su nivel más alto de presión tributaria, desde que se creó.

Consecuentemente, hoy IIBB es el tercer impuesto en recaudación: representa el 4% del PBI cuando, en 2002, era menos de la mitad (1,7%). Sólo es superado por dos tributos nacionales: IVA (7,1% del PBI) y Ganancias (5,4%).

En los últimos 15 años se vivió una importante expansión de este impuesto, a raíz de reformas escalonadas que determinaron que hoy IIBB tenga una participación del 75% en la recaudación de las provincias, cuando en 2002, lo hacía en un 58%.

“Entre las medidas provinciales que llevaron a este crecimiento están: la quita de exenciones a las actividades primarias, el aumento de las alícuotas, las alícuotas diferenciales por facturación y por radicación, que terminaron en la creación de Aduanas Internas”, detalló Ezequiel de Freijo, analista del IEEyNI y autor del informe.

“Este es un tributo altamente distorsivo, y su elevado aumento de la presión fiscal está generando fuertes pérdidas de eficiencia sobre la actividad económica. Tiene efecto cascada, por eso, en el caso de la carne, puede llegar a representar entre el 7 y el 11% del valor final del producto, según la provincia”, aclaró De Freijo.

Si bien en algunas provincias, la actividad agropecuaria está exenta del pago de IIBB, el productor termina absorbiendo ese impuesto cada vez que compra insumos, contrata servicios de flete, o cualquier otra transacción. Como no puede transferir a sus precios el costo de este impuesto, en algunas provincias la incidencia de IIBB en la producción agropecuaria termina siendo mayor que el promedio de impacto en el resto de los sectores de la economía.

Impuesto Inmobiliario y sellos

En términos generales, el impuesto a la propiedad inmobiliaria decreció, entre 2002 y 2016. Pero este promedio esconde el importante crecimiento que tuvo el impuesto inmobiliario rural, en especial en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. En estas cuatro jurisdicciones, el tributo aumentó el doble que el total del inmobiliario rural y urbano de las 19 provincias restantes.

Con una variación del 137%, el impuesto a los sellos fue el tributo provincial que más aumentó, entre 2002 y 2016. Sin embargo, su incidencia es mucho más baja que la que tiene IIBB. Representaba el 7% de la recaudación de las provincias, y hoy equivale al 9%.

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